Necesidad del uso de las tecnologías de avanzada en el Sistema de la Cultura( parte I )
Cuba es un país que avanza en su proyecto social de manera auténtica y en ello es política del estado y el gobierno la continua emancipación de toda la sociedad.
Cuba es un país que avanza en su proyecto social de manera auténtica y en ello es política del estado y el gobierno la continua emancipación de toda la sociedad.
En este empeño durante más de 50 años bajo un férreo
bloqueo, nuestra cultura se enaltece, y sus resultados son el fruto de la labor
y la dedicación de nuestra Revolución, que no se ciñe a la actividad intelectual en todas sus
manifestaciones artísticas, sino que
legitima lo popular y lo popular tradicional, fomentando a través de sus
instituciones la creación de los mecanismos necesarios que garantizan este
propósito.
El desarrollo alcanzado por la cultura puede calificarse de
colosal y de ello dan fe innumerables ejemplos. Baste mencionar un sinnúmero de
libros editados, los esfuerzos en la producción cinematográfica, el mejoramiento y la diversidad de las
Instalaciones culturales, el desarrollo creciente de grupos profesionales y de
ofertas artístico culturales, los programas de video club juvenil, el esfuerzo
por mantener un elevado número de horas radiales y televisivas, entre otras,
todo lo cual se ve expresado en el reconocimiento que artistas y aficionados
han tenido nacional e internacionalmente en numerosos festivales y eventos.
Otro aspecto importante es la capacidad de movilización de nuestra cultura en las batallas ideológicas libradas
especialmente en las últimas dos décadas.
Dentro de este contexto nuestro trabajo tiene como propósito, poner sobre
la mesa la necesidad del uso de las tecnologías de avanzada de manera creativa
en función de continuar defendiendo nuestras raíces y en la promoción de
nuestros valores culturales, cuestión que entendemos solo será lograda, en la
medida que seamos capaces de ubicarnos en el contexto social-tecnológico en el
que nos movemos a nivel nacional, mundial y
global.
La reflexión sobre el modo en que las tecnologías de avanzada deben ser usadas
como herramienta dentro de la cultura cubana, que se desarrolla ensalzada en
una modernidad desigualmente
globalizada, que tenemos entre nosotros
en menor o mayor medida, que es y será
parte de nuestras vidas, es una
necesidad que debe ser atendida previsoramente.
Luego de más de medio siglo de revolución, pecaríamos de
ignorantes si no entendemos que nos parecemos a lo que fuimos, y sin embargo,
no somos los mismos de antes. Mi aseveración parte de un recorrido por la
historia de la humanidad en la que al igual que el surgimiento de la máquina de
vapor marcó el inicio de la Revolución Industrial, - que desde fines del siglo
XVIII aceleró el desarrollo económico de muchos de los principales países de la
Europa Occidental y Estados Unidos, dando paso al desarrollo de los actuales
motores de combustión interna- podemos
hablar también de un "antes" y un "después" a partir de la
aparición del primer Circuito Integrado en 1958 desarrollado por el ingeniero Jack Kilby, que redujo
considerablemente el tamaño de los equipos electrónicos.
Nadie duda que las sociedades avanzan por el camino de la informatización y la
tecnificación; que el papel de las
tecnologías de avanzada a corto y mediano plazo será protagónico en el modo de vida del ser humano
en un mundo donde la población crece y con ella crecen sus necesidades
materiales y espirituales.
Nos toca como país,
asumir el reto dentro de nuestras posibilidades. Resistirnos a creer que
son efímeras es un serio error, porque la realidad demuestra todo lo contrario,
aun cuando los resultados sean por el momento, algo modestos.
Nos planteamos entonces un problema:
¿En qué medida podemos auxiliarnos hoy en día de las tecnologías de avanzada para hacer más eficientes nuestras políticas culturales?
La respuesta pasa por mencionar aquellos medios que consideramos importantes en nuestro análisis.
Aún cuando no estamos inundados por las tecnologías de avanzada, se puede notar que éstas comienzan a invadirnos desde hace ya algún tiempo, especialmente las que se agrupan dentro de los medios audiovisuales y otras que ocupan un papel importante.
Comenzamos mencionando en primer lugar los teléfonos celulares, con la singularidad de que según la información brindada por directivos de ETECSA en el espacio de la Mesa Redonda retransmitida el 23 de junio de 2013, a fines de este año, llegaremos en nuestro país a más de 2 millones de usuarios de este medio.
En segundo lugar podemos encontrar los receptores de radio y Televisión como un medio importante, aun cuando el propietario no controla lo que recibe, haciéndose partícipe del proceso comunicacional donde únicamente tiene la posibilidad de decidir si lo consume o no, convirtiéndose en este sentido un receptor pasivo.
Otros medios importantes son las grabadoras de sonido y las videocaseteras, aun en uso en muchos hogares cubanos y que de manera paulatina han sido sustituidas casi completamente por los equipos lectores de CD y DVD que en sus inicios aparecieron integrados en las microcomputadoras.
Estos equipos se han visto desplazados paulatinamente por las memorias y discos extraíbles del tipo USB (Universal Serial Bus por sus siglas en inglés), que permiten el almacenamiento y transmisión de altos volúmenes de información de todo tipo y que pueden ser conectadas directamente a los equipos de Televisión[1].
En otro grupo de tecnología de avanzada debemos mencionar el relativo a Internet, aun cuando este medio en nuestro país es más común en los centros de trabajo, dado que la infraestructura necesaria para soportar el acceso a él, es costosa y porque el propio bloqueo impuesto por los gobiernos de Estados Unidos, nos obligan por razones éticas [2], más que técnicas, a usar una tecnología mucho más avanzada y varias veces más costosa (la satelital) y con ella, la creación de las redes sociales, o la denominada Web 2.0 en la que se produce un fenómeno comunicacional que ha sido objeto de estudio por varios autores.
No obstante a que nuestro país no puede considerarse como tecnológicamente inundado, se advierte un uso cada vez más creciente de estos adelantos, especialmente en la población joven.
En una indagación primaria, yo diría que precaria e informal los estudiantes entre 16 y 24 años afirman que el porciento que ellos estiman usan hoy en día teléfonos celulares en las escuelas, media entre 80 y el 90 %, lo que sin dudas puede considerarse una cifra significativa.
Otra de las preguntas fue dirigida al porciento aproximado que ellos estiman poseen teléfonos celulares con capacidad para almacenar música y videos, a lo que respondieron que aproximadamente entre el 45 y el 50% porciento puede hacerlo; sobre los contenidos la respuesta fue diversa[3], no obstante a que pudimos agrupar tres vertientes en las que hay consenso:
La primera y más usada es el almacenamiento de música, la segunda videos musicales y la tercera (en menor medida) cortos humorísticos y películas de cortes variados.
También se observa la presencia de estas tecnologías a niveles no institucionales, con un alto grado de productividad de materiales en las ramas audiovisuales; es previsible el aumento de la telefonía celular, el uso de microcomputadoras y el mejoramiento de las comunicaciones a partir de las inversiones que el Estado Cubano viene realizando, por lo que las velocidades de conexión a internet mejorarían y con ello, la posibilidad de emplear estos medios como alternativa para descargar materiales audiovisuales.
La proliferación de la figura cuentapropista ¨vendedor de discos ¨ que incluye películas, musicales, etc., viene a complementar el panorama del consumo cultural dado que no existe control del tipo materiales que se expende.
Prestar atención a este fenómeno, es hoy una necesidad que valida la hipótesis de que las tecnologías de avanzada deben ser utilizadas de manera más eficiente y dirigidas a llevar a los diferentes sectores de nuestra población nuestros valores culturales, abriendo en este contexto, espacios alternativos en los que se amplíe la participación con propuestas novedosas y de alta calidad.
Definir cuáles son las tecnologías de avanzadas que tenemos a nuestro alcance y sus características esenciales precisando en qué medida se ajustan para potenciar la transmisión de nuestras políticas culturales y las herramientas que permiten el manejo de la información que le es inherente[4].
Para tratar de acercarnos al tema del uso de las tecnologias en nuestro pais, en las próximas entregas trataremos de trazarnos objetivos concretos que incluirán los siguientes aspectos:
El trabajo consideramos que será inacabado dada la extensión del mismo, sin embargo entendemos que puede sentar pautas para profundizar en el aspecto de cómo aprovechar las tecnologías de avanzada en las políticas culturales de nuestro país.
Nos planteamos entonces un problema:
¿En qué medida podemos auxiliarnos hoy en día de las tecnologías de avanzada para hacer más eficientes nuestras políticas culturales?
La respuesta pasa por mencionar aquellos medios que consideramos importantes en nuestro análisis.
Aún cuando no estamos inundados por las tecnologías de avanzada, se puede notar que éstas comienzan a invadirnos desde hace ya algún tiempo, especialmente las que se agrupan dentro de los medios audiovisuales y otras que ocupan un papel importante.
Comenzamos mencionando en primer lugar los teléfonos celulares, con la singularidad de que según la información brindada por directivos de ETECSA en el espacio de la Mesa Redonda retransmitida el 23 de junio de 2013, a fines de este año, llegaremos en nuestro país a más de 2 millones de usuarios de este medio.
En segundo lugar podemos encontrar los receptores de radio y Televisión como un medio importante, aun cuando el propietario no controla lo que recibe, haciéndose partícipe del proceso comunicacional donde únicamente tiene la posibilidad de decidir si lo consume o no, convirtiéndose en este sentido un receptor pasivo.
Otros medios importantes son las grabadoras de sonido y las videocaseteras, aun en uso en muchos hogares cubanos y que de manera paulatina han sido sustituidas casi completamente por los equipos lectores de CD y DVD que en sus inicios aparecieron integrados en las microcomputadoras.
Estos equipos se han visto desplazados paulatinamente por las memorias y discos extraíbles del tipo USB (Universal Serial Bus por sus siglas en inglés), que permiten el almacenamiento y transmisión de altos volúmenes de información de todo tipo y que pueden ser conectadas directamente a los equipos de Televisión[1].
En otro grupo de tecnología de avanzada debemos mencionar el relativo a Internet, aun cuando este medio en nuestro país es más común en los centros de trabajo, dado que la infraestructura necesaria para soportar el acceso a él, es costosa y porque el propio bloqueo impuesto por los gobiernos de Estados Unidos, nos obligan por razones éticas [2], más que técnicas, a usar una tecnología mucho más avanzada y varias veces más costosa (la satelital) y con ella, la creación de las redes sociales, o la denominada Web 2.0 en la que se produce un fenómeno comunicacional que ha sido objeto de estudio por varios autores.
No obstante a que nuestro país no puede considerarse como tecnológicamente inundado, se advierte un uso cada vez más creciente de estos adelantos, especialmente en la población joven.
En una indagación primaria, yo diría que precaria e informal los estudiantes entre 16 y 24 años afirman que el porciento que ellos estiman usan hoy en día teléfonos celulares en las escuelas, media entre 80 y el 90 %, lo que sin dudas puede considerarse una cifra significativa.
Otra de las preguntas fue dirigida al porciento aproximado que ellos estiman poseen teléfonos celulares con capacidad para almacenar música y videos, a lo que respondieron que aproximadamente entre el 45 y el 50% porciento puede hacerlo; sobre los contenidos la respuesta fue diversa[3], no obstante a que pudimos agrupar tres vertientes en las que hay consenso:
La primera y más usada es el almacenamiento de música, la segunda videos musicales y la tercera (en menor medida) cortos humorísticos y películas de cortes variados.
También se observa la presencia de estas tecnologías a niveles no institucionales, con un alto grado de productividad de materiales en las ramas audiovisuales; es previsible el aumento de la telefonía celular, el uso de microcomputadoras y el mejoramiento de las comunicaciones a partir de las inversiones que el Estado Cubano viene realizando, por lo que las velocidades de conexión a internet mejorarían y con ello, la posibilidad de emplear estos medios como alternativa para descargar materiales audiovisuales.
La proliferación de la figura cuentapropista ¨vendedor de discos ¨ que incluye películas, musicales, etc., viene a complementar el panorama del consumo cultural dado que no existe control del tipo materiales que se expende.
Prestar atención a este fenómeno, es hoy una necesidad que valida la hipótesis de que las tecnologías de avanzada deben ser utilizadas de manera más eficiente y dirigidas a llevar a los diferentes sectores de nuestra población nuestros valores culturales, abriendo en este contexto, espacios alternativos en los que se amplíe la participación con propuestas novedosas y de alta calidad.
Definir cuáles son las tecnologías de avanzadas que tenemos a nuestro alcance y sus características esenciales precisando en qué medida se ajustan para potenciar la transmisión de nuestras políticas culturales y las herramientas que permiten el manejo de la información que le es inherente[4].
Para tratar de acercarnos al tema del uso de las tecnologias en nuestro pais, en las próximas entregas trataremos de trazarnos objetivos concretos que incluirán los siguientes aspectos:
- Comparar el uso de una u otra tecnología y determinar sus potencialidades como medio de difusión de mensajes culturales.
- Analizar los espacios culturales con posibilidades de aplicación de las tecnologías de avanzada.
- Describir las potencialidades de herramientas computacionales como ayuda al manejo de la información cultural, en este caso los Sistemas de Información Geográficos
El trabajo consideramos que será inacabado dada la extensión del mismo, sin embargo entendemos que puede sentar pautas para profundizar en el aspecto de cómo aprovechar las tecnologías de avanzada en las políticas culturales de nuestro país.
[1] Estos medios tuvieron mucho que ver con la
disminución de la asistencia a las salas de cine y video y en la reducción de
la audiencia de muchos y buenos programas televisivos.
[2]
Un solo usuario corporativo o
particular, en Europa, Asia o Estados Unidos,puede tener una velocidad de conexión a internet mayor que la que tiene Cuba, cuya autorización se limita al uso vía satélite para Internet con velocidad de 65
Mbps de ancho de banda para la salida y 124 Mbps para la entrada. Esta «autorización» para conectarse
a internet la dio los Estados Unidos, en 1996, con el fin de explotar la
web como una vía más para promover la subversión interna, el terrorismo y las presiones
contra la Revolución. ( Ver http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2006-11-02/estados-unidos-bloquea-internet-en-cuba-l )
[3]
En este aspecto encontramos mayor resistencia por las implicaciones de tipo
social y ético.
[4]
En capítulo posterior dedicamos un
espacio a la demostración de las posibilidades del uso de los Sistemas
de Información Geográfico como herramienta
para el manejo de datos de Índole Cultural.
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