El reto histórico tecnológico-cultural de Cuba en las condiciones
actuales.
Cuba puede considerarse un país especialmente singular dado que el contexto histórico en el que se ha desarrollado, la ha diferenciado del
resto del mundo. Es conocido y demostrado el enfrentamiento a presiones de todo tipo para desarticular cualquier plan de desarrollo en todas las esferas de la economía y de como esos planes han contado con el apoyo de los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos.
La cultura no está exenta de estos planes desestabilizadores. Aún así, el estado y el gobierno, apuestan por la consecución de una amplia participación de todos los sectores de la población en las actividades culturales , promoviendo el libre acceso a las instituciones. Así mismo, se ocupa de llevar las diferentes manifestaciones artísticas y a sus protagonistas, a las calles de los barrios, las escuelas, Instituciones penitenciarias, a las zonas montañosas, a las de difícil acceso y otras.
La cultura no está exenta de estos planes desestabilizadores. Aún así, el estado y el gobierno, apuestan por la consecución de una amplia participación de todos los sectores de la población en las actividades culturales , promoviendo el libre acceso a las instituciones. Así mismo, se ocupa de llevar las diferentes manifestaciones artísticas y a sus protagonistas, a las calles de los barrios, las escuelas, Instituciones penitenciarias, a las zonas montañosas, a las de difícil acceso y otras.
Los esfuerzos por revitalizar los espacios
culturales -vitales para garantizar la calidad de los espectáculos teatrales y
musicales,- demuestran la valía de la gestión estatal, así como la voluntad y
el interés por garantizar una cultura de calidad.
Como ejemplo de este trabajo se pueden mencionar los resultados del año 2012, en el que se dedicaron importantes recursos económicos a los espacios culturales como el Teatro Nacional de Cuba, la Biblioteca Nacional José Martí, el Teatro Raquel Revuelta, el Delirio Habanero, El submarino Amarillo, entre otros.
En la web se observan avances, entre los que habría que mencionar la enciclopedia EcuRed[1] , Cubadebate, La Jiribilla, y el trabajo realizado por instituciones como CUBARTE, y otros sitios vinculados a la prensa y revistas de corte político y cultural, así como el papel de los Joven Club de Computación en los que se formaron hasta el 2010 un total de 2, 479 982 alumnos, según los datos publicados en el sitio web de la Oficina Nacional de Estadística (ONE)[2] en información suministrada por el Ministerio de Informática y las Comunicaciones.
Como ejemplo de este trabajo se pueden mencionar los resultados del año 2012, en el que se dedicaron importantes recursos económicos a los espacios culturales como el Teatro Nacional de Cuba, la Biblioteca Nacional José Martí, el Teatro Raquel Revuelta, el Delirio Habanero, El submarino Amarillo, entre otros.
En la web se observan avances, entre los que habría que mencionar la enciclopedia EcuRed[1] , Cubadebate, La Jiribilla, y el trabajo realizado por instituciones como CUBARTE, y otros sitios vinculados a la prensa y revistas de corte político y cultural, así como el papel de los Joven Club de Computación en los que se formaron hasta el 2010 un total de 2, 479 982 alumnos, según los datos publicados en el sitio web de la Oficina Nacional de Estadística (ONE)[2] en información suministrada por el Ministerio de Informática y las Comunicaciones.
A partir de esta
realidad, toca entonces repensar los esquemas en que se mueve la promoción
cultural y valorar el aprovechamiento
de las tecnologías de avanzada - dentro
de nuestras limitaciones- como complemento para difusión de aquellos valores que nos
distinguen como cubanos, en el que su uso, agilizará y hará más eficiente la
promoción.
En este sentido, hay dos problemas importantes que de manera
empírica pueden visualizarse.
El primero es que,
lamentablemente –diría yo-, predomina el desconocimiento de las potencialidades
de las tecnologías de Avanzada por parte de quienes deciden las políticas de promoción cultural y de los
propios promotores culturales.
La poca preparación del personal que tiene a su cargo el uso de las tecnologías de avanzada disponibles, y en consecuencia, el desaprovechamiento de las mismas como medio para promover nuestra cultura, es un hecho al que se suma la no existencia de una política de preparación en este sentido o al menos, un programa que devele la necesidad de adentrarnos en el uso de éstas, programa que no solo debe formar parte del ámbito cultural sino educacional en estrecha relación con la cultura.
La poca preparación del personal que tiene a su cargo el uso de las tecnologías de avanzada disponibles, y en consecuencia, el desaprovechamiento de las mismas como medio para promover nuestra cultura, es un hecho al que se suma la no existencia de una política de preparación en este sentido o al menos, un programa que devele la necesidad de adentrarnos en el uso de éstas, programa que no solo debe formar parte del ámbito cultural sino educacional en estrecha relación con la cultura.
En esta relación de la educación con la cultura - donde con grandes esfuerzos, nuestro estado colocó
un televisor y un equipo de video o DVD en
cada aula-, adolecemos de creatividad en la impartición de clases a los alumnos,
quienes por otro lado, en sus casas, usan estos medios con una frecuencia bien
alta y con preferencias inclinadas al consumo de programas musicales,
películas, aventuras y telenovelas, relegando en último plano de su preferencia
los programas de corte cultural según nos muestran las investigaciones sobre el
Consumo Cultural en Cuba , para el grupo de los adolescentes entre 12 y 14 años
( Anexo 1) .
Anexo 1.
Fuente: ¨Consumo Cultural y Adolescencia en Cuba. Reflexiones a partir
de una encuesta nacional¨. Adaptación gráfica.
Existe por tanto un abismo entre el uso de los medios
televisivos y de video como medio aprehensivo en términos educativos y
culturales y el uso con fines doméstico
vinculados al entretenimiento, donde el último, parece ser mucho más atractivo
para los jóvenes, que el primero.
Ambos usos son a mi juicio importantes y uno incentiva el
otro, en tanto que la producción de materiales audiovisuales adaptados a las
necesidades espirituales - no solo de
los jóvenes sino del resto de los públicos-
sea capaz de motivar el interés por nuestra cultura y los valores que en
ella se promueven.
La preferencia por las producciones audiovisuales que
debieran ser más adecuadas a los intereses de los adultos por parte de los más
jóvenes es una señal de debilidad manifiesta de nuestras creaciones y las
ofertas de carácter cultural orientadas a los adolescentes, que prefieren aquellas en las que lo
atractivo se expresa en buena medida por la curiosidad y el conocimiento de un
mundo tecnológicamente más avanzado.
De manera directa o indirecta los jóvenes encuentran en los audiovisuales que proyecta
nuestra televisión como policiacos, aventuras, ciencia ficción y otras que
consumen con estos mismos temas, en
tecnologías como el video, el DVD y los VCD, un mayor atractivo, puesto
que es en ellos donde tienen acceso a
películas y programas que les muestran
un mundo diferente en materia tecnológica, pero a su vez un mundo diferente en
términos sociales con un altísimo componente de enajenación, en el que prima la
violencia, el sexismo, la discriminación de raza y género, los estereotipos y
toda una gama de valores contrarios por los que nuestra sociedad apuesta (Anexo 2).
Anexo 2
Anexo 2
Por otra parte, independientemente de las dificultades en el
orden económico que enfrentamos como país bloqueado, se observa una presencia
pobre de las noticias y espacios culturales en la televisión.
El monitoreo en los meses de Julio y Agosto del año 2012
develó un desbalance en torno a la promoción cultural en los diferentes
espacios noticiosos [3] (Anexo
3), y la no presencia de otros medios tecnológicos
como vía alternativa – telefonía móvil, correo electrónico, sitios web- para
lograr este fin, lo cual demuestra que no se usan aun cuando el conjunto de su
presencia, puede ser considerable dentro
de la sociedad, - especialmente en los centros de trabajo- lugar donde las
horas de permanencia es mayor que en las casas y cuando el nivel de acceso por
parte de nuestra población a estos medios es potencialmente apreciable y
funcional a partir de la idea de que un
individuo tiene la capacidad de propagar información a varios de ellos a través
del comentario. Las vías principales de divulgación de los espectáculos
culturales demuestran la aseveración anterior. (Anexo 4).
Anexo
3. Comportamiento de las informaciones referidas a la
cultura en los diferentes espacios noticiosos durante los meses de Julio y
Agosto de 2012.[1]
[1] Atendiendo al horario de salida al aire de los espacios se
registraron 305 noticias en el horario matutino (desde las 6:00 AM hasta las
12:00 M), 331 en el vespertino (desde las 12 M hasta 8:00 PM) y 261 en el nocturno (desde
8:00 PM hasta las 12:00 PM).
Los estudios del 2011 acerca del consumo cultural en Cuba[4]
en la población joven (grupo de 15 a 18 años), arrojaron resultados nada
halagüeños. Se pudo constatar en aquel entonces, -por solo citar algunos
ejemplos- que el género musical preferido para el 90.1 % de este grupo
etario es el reggaetón, el 65.4 %
prefiere la música popular bailable (casino, salsa, merengue), el 48,3 % las
baladas románticas, el 5.1 % la música tradicional, el 2.6 % la nueva
trova, y el 2.4 % la música clásica.
En cuanto al cine y los medios de comunicación masiva, los
adolescentes reconocieron una alta asistencia a sus salas expresada en el 55,2 %, y declararon ver televisión el 97 %, el 66.2
% declaró escuchar la radio, a ello se sumaron otros dispositivo como el video
o el DVD que alcanzaron la altísima
cifra del 77.3 % de utilización.
Dado los resultados de la encuesta antes citada es obvia la
aseveración de que, el no uso, o el inadecuado uso de las tecnologías de
avanzada, pueden dar al traste con
resultados irreversibles en cuanto a la formación estética de la población,
especialmente la población joven, ávida de
propuestas novedosas y de mejor calidad.
El segundo
problema es entonces que el mundo
audiovisual nuestro no estimula el interés suficiente de un público
heterogéneo con un grado de escolaridad que permite asimilar producciones más
atractivas y mejores elaboradas. Las pocas propuestas de carácter nacional que
se exhiben en la televisión se encuentran en desventaja tecnológica frente a
las propuestas de los que por cuenta propia
diseminan y promueven producciones
de corte sexista, consumista y enajenado en discotecas, centros nocturnos y
otra gran variedad de espacios públicos sobre los que el estado tiene
responsabilidad administrativa.
Estos son sólo algunos ejemplos del panorama de consumo
cultural de hace apenas 2 años, que nos alertan de la importancia que reviste
una política basada en la estrategia de producir materiales de calidad, insertada en los hábitos de una población que
usa las tecnologías de avanzada.
No se trata de competir con las empresas que en el mundo –
como en casi todas las ramas- dominan el mercado, sino de desarrollar nuestra
capacidad creadora y convivir con lo que ocurre fuera y en gran medida, al
margen de las instituciones, en armonía con esa
cultura que vive y se desarrollada por, y a través de los individuos, integrando también lo que se ha
dado en llamar la cultura de élites y
lograr, la reflexión necesaria con una verdadera educación por el arte que involucre
a todo y a todos. Trabajar en este sentido
requiere tolerancia, dedicación, inteligencia, creatividad y esfuerzo,
especialmente cuando el futuro se proyecta hacia una sociedad tecnologizada en
casi todos los aspectos de la vida cotidiana.
Seguiremos hablando de tecnología y cultura...
[1]
Aún este sitio tiene a mi juicio
algunos mecanismos que ¨engrasar¨ especialmente en el control de la calidad
de los contenidos, que en muchos casos
no parecen tener el rigor necesario para una publicación enciclopédica seria.
[2]
http://www.one.cu/
[3]
¨Informe del monitoreo de verano de los espacios
informativos¨. 2012. Centro de Comunicación Cultural (CREART)
[4]
¨Consumo cultural y
adolescencia en Cuba. Reflexiones a partir de una Encuesta Nacional ¨ .Moras Pedro
E, Linares E., Mendoza Y., Rivero Y. Instituto Cubano de Investigación
Cultural ¨Juan Marinello, 2011.